Para permanecer en el camino a la Santidad que Dios nos ha señalado, debemos estar plenamente convencidos de que Jesucristo es la única verdad y el único camino a la salvación.
Además de dedicación y esfuerzo, es necesario valor para enfrentar situaciones difíciles de las que solo podremos salir con la espada que es la palabra de Dios.
Siguiendo sus enseñanzas podemos dar los primeros pasos hacia una restauración que solo Cristo nos puede dar y así abandonar las prácticas pecaminosas que nos apartan del camino a la salvación.
Sabiendo que si le seguimos y obedecemos tenemos el completo respaldo de aquel que dio su vida por nosotros para que podamos llegar y ser parte de su Reino.
Tenemos que analizar nuestra vida y disponer nuestro corazón para desechar el mal y así iniciar una purificación espiritual que nos llevará a ser agradables ante los ojos de Dios.
El crecimiento espiritual es parte indispensable en la vida cristiana, y esto se logra en la adoración a Dios dedicando tiempo a la oración, estudios bíblicos, así como en la communion entre hermanos.