Realizar lecturas bíblicas diarias y recibir su palabra de poder y victoria, otorga una maravillosa sensación de alivio y bienestar que nos anima y reconforta.
La palabra nos conforta, nos da nuevas fuerzas y nos recuerda que Dios es nuestro amparo quien nos da auxilio en cada tribulación que tenemos que pasar.
Si creemos sin dudar recibiremos todo lo que pidamos en oración, así lo dejo escrito Nuestro Señor Jesucristo, por lo tanto no dejemos de orar y presentar nuestras peticiones a nuestro Padre Celestial.
Cuando estamos cansados, débiles y agotados, su palabra fiel nos dice que Él nos puede dar las fuerzas necesarias para levantarnos y seguir perseverando en la fe verdadera.
Tenemos un ayudador que siempre nos vigila, nos guarda y nos protege de las obras del maligno, es por esa razón que tenemos que estar atentos y no desviarnos del camino que nos llevara a una vida eterna con nuestro Dios.
Cada momento de nuestras vidas tenemos la oportunidad de agradecer y alabar a nuestro Dios, por cada bendición que nos manda, por ser nuestro Salvador y por darnos la oportunidad de poder llegar a su santa morada.