Al conocer y creer estas prometedoras palabras de Dios que contienen las más grandes promesas de sanidad, tenemos la seguridad de que además de salvos somos sanos.
Su gran amor le llevó a morir por nuestra causa y cargar el peso de todo pecado, además de que por sus llagas nosotros ya somos libres de toda enfermedad.
En su palabra nuestro Dios nos dice que si nos acercamos a Él, nos traerá sanidad y medicina, además que nos traerá también paz y abundancia de vida.
Sabemos que Jesucristo murió por nosotros y que por esa razón tenemos la dicha de obtener la salvación, además de sanar enfermedades y brindarnos su gran misericordia.
Los favores que obtenemos de nuestro Salvador son completamente gratuitos porque El ya pagó por toda la creación y aunque somos indignos Él nos ama y no desea que nadie se pierda.

A pesar de nuestras iniquidades y de ser inmerecedores de su amor y misericordia, Dios nos brinda la sanidad, el perdón y la salvación para todos aquellos que aceptamos a Jesucristo como nuestro único Salvador.