Pertenecer al pueblo de Dios es un gran privilegio que conlleva un esfuerzo que solamente se puede sobre llevar con la Mirada puesta en nuestro Salvador Jesucristo.
Seguir día a día el camino que lleva al Reino de Dios es en ocasiones muy difícil ya que se nos presentan obstáculos que con nuestras propias fuerzas no podemos solucionar, pero sabemos que tenemos un abogado que siempre está para ayudarnos.
La fe y perseverancia nos harán recibir la recompensa de nuestro Padre Celestial que es el llegar a obtener la salvación y vida eternal a su lado, por lo que no debemos tropezar ni salirmos de su santa voluntad.
Para cumplir con esa voluntad divina debemos alimentarnos diariamente con la lectura de la palabra de Dios que nos dará el valor y fortaleza para confiar en sus promesas.
Cuando confiamos en Dios con fe absoluta y firme, El siempre nos da mas que lo que pedimos e imaginamos, porque su poder, amor y misericordia son infinitos para quienes lo aman y obedecen su palabra.
Como pueblo de Dios debemos estar dispuestos a enfrentar cualquier situación con valor y esfuerzo y poniendo por obra nuestra fe, dando un digno testimonio como hijos de Dios.